El perdón nos coloca en una posición de bendición, cuando la decisión de hacerlo baja de tu mente a tu corazón, cuando Dios aplica su bálsamo reconfortante y consolador, puedes emprender de nuevo tu carrera sin mirar atrás, fijando tu mirada en el porvenir que Dios tiene preparado para ti.
Noviembre 17
Siempre he pensado que los 50 serían mi edad de la plenitud....no contaba con algunas cosas que se levantaron contra mi vida, tratando de detener mi carrera, el ritmo , el trote con el que había avanzado atravesando por mucho, venciendo en todo.... Después de ese golpe inesperado, verdaderamente enfermé, un desajuste metabólico y endocrino causado por la impresión, estuve un buen rato sobando mis heridas, dejando que pasara el dolor para volver a levantarme, limpié el polvo y la sangre seca de mis rodillas emprendiendo una vez más el camino de mi peregrinar por esta vida con la frente en alto y una sonrisa de gratitud a mi creador, quien me ama incondicionalmente.
Luego dijo Jesús a sus discípulos: --Los tropiezos son inevitables, pero ¡ay de aquel que los ocasiona!
Lucas 17:1
Sé que se puede obtener una buena condición a cualquier edad, aún después de los 50, aún después de dejar tu juventud entregada apasionadamente a lo que fue el propósito para tu vida en ese tiempo de ayer. Hoy es un tiempo diferente. Es un buen tiempo para empezar ya que en esta edad se acelera la pérdida de masa muscular y el envejecimiento por lo que al ejercitarnos podemos contrarrestar está pérdida, ayudándole a nuestro cuerpo a regular presión sanguínea y bajar niveles de colesterol etc.
Es un buen tiempo para darnos un pequeño lujo... cuidar de nuestro cuerpo que es el templo de Espíritu . Sigo pensando que los 50 son años de plenitud.
Enero 17
Hay ocasiones en la vida en que vamos corriendo nuestro maratón de vida con esfuerzo y persistencia: sudando, descansando, avanzando, conquistando.... sin embargo para el que solo juzga el exterior y vive bajo la ley del más fuerte, puede parecerle que vamos mal, lento que no desquitamos ni rendimos; que estorbamos en los códigos de perfección y excelencia que la sociedad ha marcado y se menosprecia al débil, al enfermo y al discapacitado.
Sin embargo recordemos que El Señor nos ha dicho que nos baste SU GRACIA porque Él se perfecciona en nuestras debilidades.
"Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad."
2 Cor 12:9
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